Stone Pony Club en La Vanguardia

LOS VETERANOS
Toda una vida con Bruce
Varios seguidores de largo recorrido explican su idilio con los temas de Springsteen, que trasciende lo musical


Por XAVIER ALDEKOA - 15/05/2006

Convertido desde hace más de dos decenios en estrella de la escena pop-rock mundial, Springsteen cuenta con una legión de seguidores de largo recorrido. La mayoría coincide en que su música crea una fidelidad de por vida que va más allá de lo musical.

Hace 32 años que el inglés Paul Martin, catalán de adopción desde hace ocho, oyó hablar por primera vez del autor de The river."En el 74 compré mi primer disco de Springsteen porque en la revista musical Melody Maker un periodista hacía referencia a la energía de un tal Bruce", recuerda. Su descubrimiento le llevó a ser uno de los privilegiados que asistieron a uno de los dos míticos conciertos de 1975 en el Hammersmith Odeon de Londres. "Si fuera por toda la gente que dice que estuvo allí, habríamos sido 250.000 - bromea-, pero fuimos 3.000 personas". Para Martin, el éxito de Bruce reside en su capacidad de transmitir el espíritu de la música de EE. UU. y Europa sin abusivas florituras poéticas, lo que le lleva a ser "autor de bandas sonoras" de la vida de muchos. Precisamente, uno de los cortes más conocidos del cantautor americano se grabó en el recuerdo de una etapa de la vida de Martin: "Me acababa de establecer en Londres. No conocía a nadie y vivía en un hostal. Cada mañana sonaba en un transistor Born to run y me ponía las pilas para salir adelante".

Martin continúa atento a la evolución de Springsteen y argumenta que ahora "está en una etapa de máxima producción y se le ve enérgico y entregado". Algo que, en su opinión, se debe en parte a la presencia de un Gobierno contrario a sus ideales, el del republicano Bush. "Bajo presidentes conservadores Bruce engrasa su maquinaria musical y se inspira más. Cuando el poder ha sido contrario a sus principios es cuando ha producido más y mejor. En cierta manera es un músico de reacción". La paternidad es el otro aspecto primordial del giro social que ha vuelto a dar Springsteen, ya que, según Martin, "el hecho de ser padre le ha despertado unos intereses diferentes, preocupado por el futuro que espera a sus hijos". Así que, vaticina, "¡queda Bruce para muchos años!".

En otros casos la música del Boss tiene efectos casi vertebradores en la vida de sus seguidores. Xavier Agut y Anna Alonso, que se conocieron gracias al Stone Pony, club de fans no oficial de Springsteen en España del que Xavier es cofundador. "Cuando Bruce vino a Barcelona en el 93, me hice una foto con él y la envié a la revista del club, y así conocí a mi marido", comenta Anna. Años después se casaron en Santa Maria del Mar.

Según Anna, "el sacerdote no nos dejaba poner una canción de Bruce en la iglesia, así que contratamos a un tenor para que cantara una versión de I wanna marry you y no se dio cuenta". El viaje de novios les llevó a Nueva Jersey, donde asistieron a un concierto improvisado de su ídolo en el Stone Pony.

Su afición por ir de gira con Bruce les ha permitido conocer a gente de todo el mundo, como María Castellano, una estadounidense que ayer en Badalona asistió por vez primera a un concierto en Europa. "Todos dicen que el público europeo es más caluroso que el americano, vengo a comprobarlo", explicaba esta fan desde hace 25 años.

Casi dos décadas de admiración acumula otro seguidor, Rafa Moreu, que podría ser candidato al fan con más kilómetros recorridos para ver a Bruce en escenarios de Estados Unidos y toda Europa. "Su música siempre ha estado en los buenos y malos momentos, por eso hago estas locuras", afirma. Moreu ve con buenos ojos la chaqueta de compromiso social que Bruce viste en sus últimos discos. "En la campaña Vote for change se mojó a riesgo de perder mercado. Antes su compromiso era más con las clases sociales y ahora se posiciona más políticamente".

En este sentido, uno de los seguidores más antiguos de Springsteen en España, Joan Colet, destaca la crítica velada que esconde We shall overcome. The Seeger sessions.En conversación telefónica, Colet insiste en que "aunque el último disco sea de cortes del siglo pasado, vuelve a la crítica política. Son canciones protesta en contra de la guerra y de política social, temas que son actuales".